Reserva del Hombre y la Biósfera, Ñacuñán
La Reserva de Ñacuñán es la primer área protegida creada en el territorio de Mendoza, constituyéndose en la más estudiada y conocida de la Provincia de Mendoza y de la región del Monte. Fue creada en 1961 por Ley 2821 de la Provincia de Mendoza. Desde 1986 Ñacuñán pertenece al Programa MAB “El Hombre y la Biósfera” de la UNESCO, integrando la Red Mundial de Reservas de Biósfera. Este programa tiene como objetivo principal mejorar las relaciones entre el hombre y la naturaleza. Es también un sitio AICAS (Área de Importancia para la Conservación de Aves Silvestres).
Está ubicada en la llanura conocida como la Travesía del Tunuyán, en el centro este de la provincia de Mendoza, en el departamento de Santa Rosa (34º 03′ S y 67º 58′ O). Su superficie es de 12300 ha. Está enmarcada al oeste por la sierra de las Huayquerías, y por los ríos Desaguadero al este, Tunuyán al norte y Diamante al sur. Pertenece al bioma de desiertos y semidesiertos cálidos, que con las restantes tierras secas del mundo abarcan más del 30% de las tierras emergidas del planeta. Está enclavada en el centro de la Provincia Fitogeográfica del Monte, lo que le otorga una alta representatividad biogeográfica.
Objetivos de la Reserva:
a) Preservar el patrimonio natural del ecosistema para las generaciones futuras y contribuir a mantener la riqueza de la biodiversidad;
b) Servir de base para la investigación científica;
c) Brindar bases para la educación ambiental dirigida a todos los sectores de la sociedad
d) Establecer el monitoreo del clima, la biodiversidad y los procesos ecológicos
e) Abrir puertas para los estudios de la relación hombre-naturaleza orientados a un desarrollo sustentable.
La principal preocupación que llevó a la creación de la Reserva fue la conservación del bosque abierto de algarrobos, que sufriera una intensa tala a principios del siglo pasado para la provisión de gas de alumbrado para la ciudad de Mendoza. Desde su declaración como área protegida, se pueden apreciar las etapas de recuperación del bosque. En este proceso, las investigaciones que se llevan a cabo permiten conocer cada vez con mayor profundidad su funcionamiento. De este modo se cumple otro de los objetivos de la reserva: la educación, ya que el conocimiento de la naturaleza aporta herramientas para su conservación.
Desde su presentación al Programa MAB y su aceptación internacional como Reserva de Biósfera, Ñacuñán funciona con una zonificación que permite compatibilizar las actividades de conservación con las de investigación, transferencia y educación ambiental.
La investigación ligada a la enseñanza abre para Ñacuñán una dimensión en que, transformada en escuela del desierto, pueda rendir plenamente sus frutos. El Programa Escuela del Desierto comprende la realización de congresos, campamentos científicos, visitas guiadas, cursos y un proyecto de actividades para la Escuela del pueblo de Ñacuñán. Para ello se han elaborado folletos, afiches y guías de interpretación ambiental. Los cursos, relacionados con el manejo de los recursos naturales en zonas áridas, biodiversidad, actualización de la enseñanza de la biología de zonas áridas, control de incendios, entre otros, están dirigidos a distintos niveles educativos, incluyendo el de posgrado.
Entre los años 1991 y 2010 se han realizado 68 actividades educativas entre cursos, congresos, y capacitaciones para distintos niveles desde postgrado hasta primario con 1803 asistentes y 83 visitas guiadas con alrededor de 2101 participantes.”
Desde 2010 el IADIZA y la Dirección de Recursos Naturales Renovables (Secretaría de Ambiente, Gobierno de Mendoza) han firmado un Convenio de co-gestión de la Reserva de Biósfera de Ñacuñán, donde a la administración del IADIZA se suma la presencia de guardaparques, la construcción de infraestructura y el mejoramiento de los servicios, para asegurar el control y vigilancia del área protegida. Un actor principal en la puesta en valor de la Reserva de Ñacuñán es el Municipio de Santa Rosa, que la considera un sitio privilegiado para el fomento de actividades recreativas, educativas y turísticas.